Garantizar un ambiente de cuidado y seguridad, tanto para quienes tienen una condición del especto autista como para su entorno cercano, es parte de los objetivos que Apoyo Autismo Chile EPPA realiza junto a un completo equipo de profesionales en diferentes áreas.
Muchos llegan a la adultez desconociendo que tienen esta condición. Es además un tema aún muy invisibilizado. Un diagnóstico temprano y una adecuada terapia es fundamental para que una persona logre insertarse en un sistema de realidad inclusiva.
Estamos hablando del espectro autista, un tema del cual Fundación Apoyo Autismo Chile EPPA se hizo cargo desde el año 2012, con el fin de promover la calidad de vida de las personas con esta condición y la de sus familiares a través de dos líneas de acción.
La primera busca incrementar de manera positiva las oportunidades de una persona autista en un contexto familiar, comunitario, escolar y/o laboral. A esto se suma una segunda línea de acción que apunta a promover una mirada positiva, de tal manera que esta sea valorada desde su dignidad.
En Fundación Apoyo Autismo Chile EPPA se aborda la inclusión desde un enfoque que responde positivamente a la diversidad de las personas, a sus diferencias individuales, entendiendo que esta no es un problema, sino una oportunidad para el enriquecimiento de la sociedad.
La calidad de vida es otro factor central de preocupación. Entiende que este concepto multidimensional está influido por factores personales, del entorno y sus interacciones.
Los estudios demuestran que cuando existen los apoyos adecuados, la mayoría de las personas con esta condición logran desarrollar al máximo su potencial, un objetivo que para Fundación Apoyo Autismo Chile EPPA se convierte en el camino que se recorre para alcanzar la realidad inclusiva.
Los profesionales de Apoyo Autismo Chile EPPA se encuentran formados en modelos con evidencia científica y respetuosos tanto para la intervención como para el diagnóstico. La mirada está puesta en la promoción de una buena calidad de vida y con la participación activa, tanto de la persona del Espectro Autista, como de la familia.
TESTIMONIOS
María Paz Villaseñor
María Paz es mamá de Felipe, un joven de 17 años. Cuando su hijo tenía 2 años le dieron el diagnóstico. “Me di cuenta que algo no andaba bien cuando Felipe tenía solo meses. Llegó un momento en que se le perdió su mirada. Cuando comenzó a ir al jardín, le costaba relacionarse con los otros niños y deambulaba por el patio».
Fueron varias las opiniones que le entregaron especialistas en Chile. Pero mientras mientras vivía en Canadá recibió el diagnóstico que intuía. «Al tiempo de regresar al país supe de la Fundación. La conocí y ha sido un tremendo apoyo en este acompañamiento de Felipe y de nosotros como familia”, asegura.
Anita Pérez de Arce
Anita es mamá de Joaquín de 20 años. “A los 18 meses mi hijo dejó de hacer cosas y comenzó a hacer otras muy raras. Visité varios especialistas, pero fue en Francia que me dieron el diagnóstico. Conocer el enfoque con el que la Fundación trabaja, me cambió la vida. Hoy mi hijo se desempeña en talleres laborales y ha demostrado todo su potencial”.