Matilde Castillo Vázquez: la académica que introdujo la visión sistémica a la ingeniería PUCV

Durante su dilatada carrera como docente, Matilde Castillo Vázquez ha contribuido para mejorar y ampliar los paradigmas de la ingeniera civil industrial entre sus estudiantes, destacando su logro en la visión sistémica que logró introducir en la carrera con el fin de dar perspectivas diferentes, a las visiones y la comprensión de su campo en la universidad.


Matilde Aurora Castillo Vázquez (70) es una ingeniera civil industrial que ha dedicado más de cuarenta años a la academia y, en conjunto con el profesor Juan Vrsalovic, al desarrollo de la visión sistémica dentro de la ingeniería industrial. Graduada de la Universidad Católica de Valparaíso y con un máster en Ciencia de Sistemas por la Universidad de Louisville, Kentucky, Matilde ha sido una pionera en un campo que tradicionalmente ha estado dominado por hombres.

 Desde sus inicios, su carrera ha sido marcada por su pasión por los desafíos, algo que la ha llevado a sobresalir en la docencia y en la investigación. Uno de los hitos más destacados en la trayectoria de Matilde es su contribución al enfoque sistémico en la ingeniería industrial, el cual ha permitido analizar los problemas desde una perspectiva holística, considerando cómo cada decisión afecta a diferentes áreas dentro de un sistema.

Gracias a su liderazgo, la visión sistémica se ha consolidado como un pilar fundamental en su institución, y ha tenido un impacto profundo en la forma en que se enseña y aplica la ingeniería industrial en la PUCV. 

Además de su trabajo académico, su participación en mentorías y proyectos de fomento a la participación femenina ha inspirado a muchas mujeres a seguir sus pasos.

Matilde en STEM

¿Qué te inspiró a elegir una carrera en STEM?

No fue una decisión muy planificada, pero siempre me gustaron los desafíos. Comencé matriculándome en Pedagogía en Matemática y Física, pero una prima me sugirió estudiar Ingeniería, lo que vi como una oportunidad para poner a prueba mis habilidades. Siempre me han fascinado las matemáticas, y pensé que la ingeniería sería un reto aún mayor. Aunque al principio no fue fácil, la idea de enfrentar algo desafiante me motivó a seguir adelante

¿Cuáles han sido los mayores desafíos que has enfrentado como mujer en un campo predominantemente masculino? ¿Cómo los superaste?

He tenido suerte de estar en ambientes bastante respetuosos, sobre todo porque cuando ingresé a la docencia, muchos de mis antiguos profesores se convirtieron en colegas. Sin embargo, no faltaron los comentarios machistas, en mis tiempos de estudiante se escuchaban chistes sobre que las mujeres en la universidad solo iban para «encontrar marido». Esos comentarios no me afectaron directamente, pero pude notar ciertos prejuicios. Aun así, siempre me sentí capaz, y conté con referentes femeninos que me demostraron que las mujeres podían destacarse en este campo.

¿Has tenido mentores o figuras inspiradoras en tu vida? ¿Cómo han influido en tu desarrollo profesional?

Sí, mi mayor referente fue Amelia Dondero, una ayudante de ingeniería química que luego ocupó cargos importantes dentro de la universidad. Su ejemplo me mostró que las mujeres podían sobresalir en un campo masculino. También fue importante para mí Juan Vrsolovic, el director de la escuela de ingeniería, quien me animó a quedarme en la academia y continuar desarrollando el enfoque sistémico dentro de la ingeniería industrial.

¿Cuál consideras que ha sido tu mayor logro en tu campo y por qué es significativo para ti?

Mi mayor logro ha sido introducir y promover la visión sistémica en la ingeniería industrial en la Universidad Católica de Valparaíso. Este enfoque integrador permite ver cómo cada decisión afecta múltiples áreas, lo que es crucial para resolver problemas complejos. Con el tiempo, esta metodología ha sido reconocida como una parte fundamental de nuestra carrera y ha influido tanto en la academia como en la práctica profesional.

Por otra parte, trabajé con el profesor Vrsolovic en un proyecto de la PUCV sobre la reforma procesal penal , y también en otro, llamado: Familia y pobreza relacional de la facultad eclesiástica de teología de la universidad en 2019, en donde aporté con la visión sistémica y la pobreza multidimensional.

Futuro de las mujeres en STEM

¿Cómo crees que la diversidad de género influye en la innovación y el desarrollo en STEM?

La diversidad de género es crucial para la innovación. Las mujeres aportan diferentes perspectivas y formas de resolver problemas que enriquecen el campo. Además, cuando hay más mujeres en estos roles, se genera un ambiente más inclusivo, lo que impulsa a nuevas generaciones a atreverse a estudiar carreras STEM. Esto, en última instancia, fortalece el desarrollo de la ciencia y la tecnología.

¿Qué consejo le darías a las jóvenes que están considerando una carrera en STEM?

Les diría que se atrevan. A veces los desafíos parecen grandes, pero con esfuerzo y dedicación se pueden superar. Si les interesan temas como la inteligencia artificial, la innovación o el emprendimiento, que investiguen, que asistan a charlas, aunque no reciban un certificado. Aprender por curiosidad es clave. Además, la organización es fundamental, sobre todo cuando tienes muchas responsabilidades. ¡Y nunca duden de que pueden lograr lo que se propongan!

¿Estás involucrada en alguna iniciativa o proyecto que promueva la inclusión de mujeres en STEM?

Sí, he participado en mentorías dentro de la universidad, apoyando a estudiantes, especialmente mujeres, para que se sientan seguras de seguir sus sueños en carreras STEM. Aparte en ingeniería y en la PUCV hay grupos  dedicados a la equidad de género y proyectos como INES género, que buscan fomentar la participación femenina en educación superior.

¿Cómo ves el futuro de las mujeres en STEM? ¿Qué cambios esperas ver en los próximos años?

Veo un futuro prometedor para las mujeres en STEM. Cada vez hay más conciencia sobre la importancia de la equidad de género en este campo, y las universidades están trabajando activamente en fomentar el liderazgo femenino. Espero que en los próximos años haya muchas más mujeres ocupando cargos de alta dirección y liderando proyectos de innovación.

¿Qué legado te gustaría dejar en tu campo y cómo esperas inspirar a futuras generaciones de mujeres en STEM?

Me gustaría que las futuras generaciones de mujeres en STEM se atrevan a llegar a los cargos de alta dirección, si es lo que desean. Quiero que sepan que pueden lograrlo y que tienen la capacidad para hacerlo. Mi legado es haber contribuido a la visión sistémica en la ingeniería y haber abierto espacios para que más mujeres se sientan seguras en este campo. Ojalá mi historia inspire a muchas otras a seguir sus propios caminos.

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