María Elvira Zúñiga, premio a la mejor ingeniera 2021: “Hay que eliminar o la idea de que hay carreras solo para hombres y otras exclusivas para las mujeres”

María Elvira Zúñiga Hansen es una destacada ingeniera civil bioquímica, egresada de la Pontificia Universidad Católica de Chile y con un doctorado en Ingeniería Química de la Universidad de Santiago de Compostela (España). Fue la primer mujer en la historia en recibir el premio a la mejor ingeniera  del Colegio de Ingenieros de Chile en el año 2021.

 Actualmente, se desempeña como Directora del Centro Regional de Estudios en Alimentos Saludables (CREA), donde ha impulsado investigaciones de gran impacto en el ámbito de la sostenibilidad, el desarrollo de alimentos saludables y la eficiencia en los procesos productivos. Su enfoque en proyectos aplicados, tanto a nivel académico como industrial, ha contribuido a crear un modelo de trabajo que combina sostenibilidad ambiental, cuidado de las personas y apoyo al sector productivo.

A lo largo de su carrera, María Elvira ha demostrado un fuerte compromiso con la formación de nuevas generaciones de profesionales en el área de bioingeniería, promoviendo la investigación de alto nivel y el desarrollo de tecnologías biológicas que benefician al medio ambiente y a la industria.

Su experiencia incluye la participación en programas de posgrado en ciencia de la ingeniería y biotecnología, en colaboración con diversas instituciones académicas, así como la formación de un centro dedicado a la sostenibilidad alimentaria. Su labor ha sido pionera en un ámbito en el que las mujeres son minoría, particularmente en puestos directivos, aportando una perspectiva que promueve la equidad y la inclusión.

Trayectoria de María Elvira

¿Puedes contarnos sobre tu trayectoria académica y profesional? ¿Qué te inspiró a elegir una carrera en STEM?

Mi trayectoria ha sido principalmente en el ámbito de la ingeniería bioquímica, un campo que combina el estudio de los procesos biológicos con la aplicación de principios de ingeniería. Me gradué de la Pontificia Universidad Católica y, posteriormente, realicé un doctorado en Ingeniería Química en Santiago de Compostela. Mi interés por la ingeniería surgió de una fascinación por cómo los procesos biológicos pueden ser utilizados de manera sostenible en distintas industrias. Elegí STEM porque me atraía la posibilidad de resolver problemas ambientales a través de la innovación científica.

¿Cuáles han sido los mayores desafíos que has enfrentado como mujer en un campo predominantemente masculino? ¿Cómo los superaste?

No he percibido el campo como un gran desafío personal; crecí en un ambiente donde las expectativas eran las mismas para mí y para mis hermanos. Sin embargo, he enfrentado sesgos culturales que pueden existir en otros. En esos casos, lo importante es mostrar profesionalismo y dejar claro que una está ahí para contribuir con sus conocimientos. Creo que el cambio verdadero viene desde la educación en el hogar, eliminando la idea de que hay «carreras para hombres» o «carreras para mujeres».

¿Has tenido mentores o figuras inspiradoras en tu vida? ¿Cómo han influido en tu desarrollo profesional?

Sí, en distintas etapas he contado con el apoyo de colegas que han sido fundamentales para mi desarrollo. He tenido mentores que me impulsaron a avanzar y que creyeron en mis capacidades, lo cual me dio confianza para tomar decisiones importantes en mi carrera. Su ejemplo me ha inspirado a ser una mentora también, especialmente para las mujeres jóvenes que buscan seguir carreras en ingeniería.

¿Cuál consideras que ha sido tu mayor logro en tu campo y por qué es significativo para ti?

Uno de mis logros más significativos ha sido la creación del CREA, un centro de investigación enfocado en la sostenibilidad y el desarrollo de alimentos saludables. Este proyecto ha permitido conectar la investigación con las necesidades de la industria, beneficiando tanto al medio ambiente como a la sociedad. Es gratificante ver que las investigaciones aplicadas pueden tener un impacto real en la vida de las personas y en la sostenibilidad de los recursos.

María Elvira en STEM

¿Cómo crees que la diversidad de género influye en la innovación y el desarrollo en STEM?

La diversidad de género aporta distintas perspectivas y fortalezas que, cuando se combinan, generan soluciones más completas y efectivas. Los equipos que incluyen tanto a hombres como a mujeres son más capaces de abordar problemas complejos y de innovar, ya que cada género contribuye de manera única a la dinámica del grupo.

¿Qué consejo le darías a las jóvenes que están considerando una carrera en STEM?

Les diría que sigan adelante, que confíen en sus capacidades y que no permitan que los sesgos las detengan. Hoy en día, prácticamente no hay límites para las mujeres en STEM, y creo que el talento femenino puede aportar una visión distinta que beneficia a todo el grupo. Disfruten el proceso y no se detengan ante los obstáculos.

¿Estás involucrada en alguna iniciativa o proyecto que promueva la inclusión de mujeres en STEM? ¿Puedes compartir más sobre ello?

Sí, he colaborado en programas de mentoría para liderazgo femenino y en la promoción de políticas de equidad de género en instituciones académicas. También participo en comités de acreditación que valoran la diversidad de género en los programas de posgrado en ingeniería, fomentando que haya más mujeres en posiciones de liderazgo y en el desarrollo académico.

¿Cómo ves el futuro de las mujeres en STEM? ¿Qué cambios esperas ver en los próximos años?

En el futuro, espero ver una mayor representación de mujeres en cargos directivos dentro de STEM y una mayor equidad en todas las áreas. Las políticas de inclusión están tomando fuerza y creo que el entorno laboral será cada vez más diverso y justo, lo cual beneficiará tanto a las mujeres como a la innovación en general.

¿Cómo logras equilibrar tu carrera en STEM con tu vida personal y otras responsabilidades?

Es un desafío constante, pero creo que la clave está en la organización y en tener una red de apoyo, tanto en el trabajo como en la vida personal. La flexibilidad es importante y, sobre todo, aprender a priorizar y a cuidarse a sí misma.

¿Qué legado te gustaría dejar en tu campo y cómo esperas inspirar a futuras generaciones de mujeres en STEM?

Me gustaría dejar un legado de compromiso con la sostenibilidad y el desarrollo de tecnologías que contribuyan al bienestar de la sociedad. Espero que mi trabajo inspire a más mujeres a ingresar a este campo y que vean que es posible hacer una diferencia real a través de la ciencia y la ingeniería.

María Elvira Zúñiga Hansen es una destacada ingeniera civil bioquímica, egresada de la Pontificia Universidad Católica de Chile y con un doctorado en Ingeniería Química de la Universidad de Santiago de Compostela (España). Fue la primer mujer en la historia en recibir el premio a la mejor ingeniera  del Colegio de Ingenieros de Chile en el año 2021.

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