Comentario de salud mental: “Volver a habitar lo simple”

Hay momentos en que no hace falta una crisis para cambiar.
Basta una conversación honesta. Una caminata en silencio. Un “¿cómo estás?” que venga sin prisa. Vivimos tan rápido, tan llenos de “debería” y “tengo que”, que a veces nos olvidamos de que también se puede vivir despacio. Sentir sin explicar. Mirar sin registrar. Estar… sin justificar.

No todo crecimiento viene de una herida. A veces, la salud mental florece cuando recuperamos lo cotidiano, cuando volvemos a sorprendernos de lo simple. Cuando dejamos de esperar un gran acontecimiento para cuidar lo esencial. Cuando volvemos a habitar lo simple.

¿Qué significa habitar lo simple?

Significa elegir la vida real por sobre la pantalla. El abrazo por sobre el emoji.
Significa detenernos antes de responder con el piloto automático. Comer sin celular. Caminar sin audífonos.
Significa mirar a alguien a los ojos. Preguntar cómo está, y de verdad esperar la respuesta. La salud mental no solo se juega en los diagnósticos o en las crisis profundas. También está en lo que cultivamos cuando no estamos mal: el humor, la presencia, la ternura, el juego, el perdón, los deportes, el leer un buen libro, el agradecer.

Pequeños actos de gran impacto

  • Un café sin distracciones.
  • Leer un libro solo por placer.
  • Llamar a ese amigo que siempre postergas.
  • Poner música y dejar que te cambie el ánimo.
  • Dormir bien, no por rendimiento, sino por cariño propio.

Cada uno de estos gestos puede parecer mínimo. Pero en tiempos donde lo inmediato y lo productivo gobiernan, cuidar lo simple es un acto de resistencia. Estamos diseñados para el encuentro

No importa cuánta tecnología tengamos. Somos seres relacionales. Y la salud mental florece en los vínculos, en los espacios donde no hay que demostrar nada para ser valioso, donde uno puede descansar en el otro sin miedo. Volver a lo simple no es retroceder.
Es recordar lo que el alma nunca olvidó: que el verdadero bienestar no está en tenerlo todo resuelto, sino en sentirnos parte, en pertenecer, en sabernos amados.

Un recordatorio: Respira!!! . No todo se soluciona corriendo. No todo se arregla entendiendo. A veces basta con estar. Con volver. Con ser.Volver a lo simple no es rendirse.
Es reencontrarse.

Por Nicolás Cerda Diez,
Psicólogo Clínico

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