Comentario de salud mental: «El sentido de pertenencia que nos une en Fiestas Patrias»

Las Fiestas Patrias son, sin duda, la celebración favorita de los chilenos. Y no lo son únicamente por el descanso, la farra o el brindis compartido, sino porque en estos días se enciende un sentimiento que trasciende lo cotidiano: el sentido de pertenencia.

Durante el 18, pareciera que las diferencias se apagan y lo que prima es la certeza de que todos somos uno solo: Chile. Esa fuerza de unidad se siente en las calles, en las fondas, en las casas, y nos recuerda que, más allá de los matices políticos, sociales o económicos, compartimos un destino común.

Recuerdo con emoción el Mundial de Brasil 2014, cuando la hinchada chilena en el Estadio Maracaná cantó con tal potencia el himno nacional antes de enfrentar a los campeones del mundo, España, que se sabía, antes incluso de que rodara la pelota, que Chile ya había ganado algo invaluable: el espíritu de unión. Ese canto fue un rugido colectivo que no solo desgarró gargantas, sino que encendió a los jugadores, transformándolos en titanes frenéticos e incansables, llenos de la energía y la pasión que venían del alma de millones de chilenos. Sintieron todo ese empujón energético, esa corriente invisible que los impulsaba como si todo un país jugara con ellos. Y en ese instante, ya no eran once en la cancha: era Chile entero, vibrando como uno solo. Ese mismo sentimiento late cada 18 de septiembre, cuando las Fiestas Patrias nos recuerdan que no hay división que valga frente a la fuerza de sabernos parte de una misma nación.

Pero este orgullo no debe olvidarse de algo esencial: la inclusión. En medio de tanta efervescencia, la soledad puede sentirse más fría. Por eso, es importante abrir la mesa, invitar, acoger y no dejar a nadie fuera de la celebración. Es en estos gestos donde se fortalece aún más nuestra identidad nacional.

Tips para vivir unas Fiestas Patrias con sentido

No dejes a nadie solo: recuerda que, en medio de tanta emoción, la soledad se siente más dura. Invita, comparte y haz sentir parte a quienes lo están pasando mal.

Celebra con responsabilidad: disfruta de la cueca, de la carne a la parrilla, del brindis, pero mide tus excesos. La fiesta se saborea mejor cuando la vives completa.

Si tomas, no manejes: deja las llaves en casa, vuelve en Uber, taxi o transporte público. En estas fechas la tasa de accidentes se dispara, y ninguna celebración vale una vida.

Recuerda lo esencial: la patria no se mide solo en banderas ni en volantines, sino en el cariño y cuidado que demostramos por quienes tenemos cerca.

Para cerrar, qué mejor que recordar a don Claudio Arrau, pianista chileno universal, quien dijo alguna vez: “La patria no es un lugar, es un vínculo espiritual con lo que somos y con lo que llevamos en el corazón”.

En este 18, celebremos con orgullo, responsabilidad y fraternidad.
¡Viva Chile, mierda!

Por Nicolás Cerda
Psicólogo Clínico

**Si quieres sugerir un tema de salud mental para esta columna, escríbele al psicólogo al whatsapp +56978655700.

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