Columna de Dra. Claudia Gamargo, Oncóloga, Directora Médica Instituto del Cáncer RedSalud
En nuestro país se diagnostican alrededor de 1.500 casos nuevos al año de cáncer
cervicouterino y diariamente mueren dos mujeres a causa de esta enfermedad. Silenciosa
y sin síntomas aparentes en fases iniciales, como en muchos otros tipos de cáncer, la
prevención y la detección precoz resultan clave para cambiar esa triste estadística.
Actualmente, el principal factor de riesgo de este tipo de cáncer es el virus del papiloma
humano (VPH), una infección que afectará a más del 80% de las personas sexualmente
activas en algún momento de sus vidas. Aunque muchas de estas infecciones
desaparecen por sí solas, todas las mujeres corren el riesgo de que el VPH persista y que
las lesiones precancerosas evolucionen en cáncer.
La Organización Mundial de la Salud estableció la estrategia 90-70-90 con metas claras al
año 2030: 90% de niñas vacunadas antes de cumplir los 15 años (factor en el que nuestro
país ha realizado importantes avances) 70% de mujeres tamizadas con una prueba de alta
precisión antes de los 35 años y 90% de mujeres diagnosticadas con cáncer
cervicouterino que reciban tratamiento.
En la base de toda estrategia para erradicar el cáncer cervicouterino está la educación:
necesitamos informar y movilizar a las mujeres para que tomen el control de su salud y
consulten a tiempo y realicen un chequeo médico por medio del tamizaje -ya no solo con
el examen del PAP- sino también incorporando el Test de VPH, examen que hoy cuenta
con codificación Fonasa.
Tenemos el deber de avanzar en la pesquisa y ampliar la discusión sobre los cánceres
femeninos, bajo un enfoque integral. Para aportar en este esfuerzo, este 31 de agosto
hemos sido parte del seminario “Cáncer cervicouterino: un problema pendiente”, organizado
por el Foro Nacional del Cáncer, donde especialistas de la salud, mundo privado y público,
nos unimos para informar, debatir y avanzar hacia un futuro en el que los cánceres
femeninos sean erradicados.