Juan Carlos Manríquez, abogado y representante del hotel, aseguró que agotarán todas las instancias y recurrirán “a todas las vías constitucionales, legales, administrativas e institucionales, nacionales e internacionales”.
Miércoles 31 de enero, Concón.- La resolución del Ministerio de Vivienda y Urbanismo de la Región de Valparaíso de ordenar la demolición del Hotel Punta Piqueros, situado en los roqueríos de Concón, ha desatado una polémica que promete extenderse en el tiempo. Desde la propia inmobiliaria, rechazan enfáticamente esta medida, argumentando que profundizará el daño al medio ambiente.
La semana pasada, la seremi Minvu de Valparaíso notificó y ratificó la orden de la Corte Suprema de demoler el Hotel Punta Piqueros, ubicado en el borde costero de Concón. Pese a ello, los representantes de los dueños del hotel cinco estrellas – las familias Bolocco, Urenda, Eluchans y Said, insisten en buscar alternativas que eviten la demolición total del edificio.
Juan Carlos Manríquez, abogado y portavoz de la inmobiliaria, ha revelado que proponen una demolición parcial del edificio, considerando que la demolición total del hotel como una medida que “no es solo injustificada, sino que ante todo es irrazonable”.
Añade que el hotel cuenta con todos los permisos ambientales necesarios y fue aprobado por la Dirección de Obras de la Municipalidad de Concón hace más de una década.
DAÑO AMBIENTAL IRREPARABLE
Además, advierten sobre el alto riesgo de daño ambiental que conllevaría la demolición completa, afectando a la biota marina, el área de protección, el campo dunar y la flora y avifauna locales.
“Generaría un daño a la biota marina, al área de protección, al campo dunar, a la flora y avifauna (…) Una medida como esta profundiza el daño institucional, al medio ambiente y a los derechos legítimos del privado”, añadió.
Ante esta situación, Manríquez asegura que agotarán todas las instancias posibles, incluso a nivel internacional, para defender sus derechos legítimos y evitar la demolición. Insisten en que existen alternativas viables que podrían superar esta desproporción.
Por otro lado, expertos han advertido sobre el fuerte impacto ambiental que tendría la demolición del hotel. Hermann Manríquez, doctor en Geografía y Medio Ambiente, señala que las especies y la fauna ya se han adaptado a la presencia del edificio, lo que implicaría una alteración significativa en caso de su demolición.
Por esta razón, estima que la destrucción del inmueble “va a causar una alteración gigantesca, que va a tener que ver con la migración de las especies”.
Cristián Duarte, biólogo marino e investigador, añade que el ruido generado por la demolición afectaría a numerosas especies. “La demolición va a tener un impacto bastante grande, de un par de cientos de metros. Va a estar asociado principalmente al ruido, que está demostrado que afecta a muchas especies”.
Además del impacto ambiental, se ha discutido el costo económico de la demolición. Matías Valenzuela, de la PUCV, estima que los gastos podrían ascender a dos millones de dólares, mientras que Mauricio Riquelme, del grupo Porzio, sugiere que debido a factores ambientales y la ubicación del primer piso, la demolición subterránea podría costar cerca de 3,7 millones de dólares.
La disputa entre la inmobiliaria y las autoridades promete prolongarse, mientras ambas partes buscan salvaguardar sus intereses y mitigar los posibles impactos negativos.