La Comisión de Evaluación Ambiental (Coeva) de la Región de Valparaíso decidió ayer de manera unánime rechazar el Estudio de Impacto Ambiental (EIA) del controvertido proyecto inmobiliario Makroceano. El proyecto, que se encuentra ubicado en el campo dunar entre los socavones 1 y 2, había sido paralizado previamente por la justicia debido a la autorización de obras sin contar con un EIA adecuado.
Gabriel Muñoz, abogado de Duna Viva, celebró la decisión como un hito en la protección del medio ambiente en Chile. «Es la primera vez que el Estado de Chile se hace cargo de la protección del campo dunar impidiendo construir edificios sobre el mismo», señaló Muñoz, para el diario El Mercurio de Valparaíso. Su intervención destaca el creciente reconocimiento de la importancia de preservar zonas naturales frágiles en el país.
Muñoz también subrayó el respaldo de diversas instituciones en la decisión. “Un proyecto inmobiliario de estas características ya no se puede emplazar en un santuario o en una zona dunar de riesgo, como lo ha establecido no solamente la Corte Suprema, sino también Sernageomin, la Dirección General de Aguas y la Dirección de Obras Hidráulicas”, enfatizó. La intervención de estas entidades muestra un consenso en la protección de estos ecosistemas.
INMOBILIARIA
En contraste, la Inmobiliaria Makro expresó su «total sorpresa» ante el rechazo. La empresa afirmó que el proyecto se había desarrollado en una «zona regulada» y cumplía con todas las normativas vigentes. «Estamos convencidos que es un proyecto inmobiliario que se desarrolla en una zona regulada, mediante los instrumentos de planificación territorial vigentes para ese fin», argumentaron desde la inmobiliaria.
La empresa también defendió el proceso del EIA, destacando la extensa duración del mismo y su compromiso con las observaciones de las autoridades. “En nuestro EIA, cuyo desarrollo abarcó casi tres años, nos hemos hecho cargo de todas las observaciones de parte de las autoridades, respondiendo y aportando antecedentes cada vez que fuimos requeridos”, indicaron para el mismo medio.
Este rechazo subraya un cambio en la gestión ambiental en la región y plantea preguntas sobre la futura planificación territorial en áreas sensibles. La decisión de la Coeva no solo marca un precedente en la protección de los campos de dunas, sino que también refleja un creciente enfoque en la sostenibilidad en la región de Valparaíso.